Un 9 de marzo, en Panamá recibimos la noticia de que en nuestro país se
recibió el primer caso de COVID-19 por medio de una persona que viajó de un
avión hasta acá.
Al día que escribo esto, 19 de septiembre, ya hay más de 100,000 casos
confirmados, aunque al menos los casos activos están en 23,164 y es menos del
50 % de los casos totales que tenemos actuales. No es una cifra a la que
esperaba que pudiéramos llegar...ya que en nuestro país hay como 4 millones de
habitantes...pero muchos apartados en las comarcas y provincias centrales,
pero por fortuna, aunque hay casos ahí, no hay noticias de rebrotes y la
tendencia de contagio anda a la baja...
(Actualización: al día 1 de octubre en que posteo esto, recientemente
superamos el millón de personas fallecidas a causa del COVID-19 en el mundo.
Yikes. 😬 Ese número es un cuarto de la población panameña, aunque por fortuna
en Panamá aún estamos lejos de llegar a esa cifra de fallecidos 😅 en el 30
de septiembre tenemos 2372 fallecidos. Al menos cerca de 2000 familias o
comunidades estarán afectadas grandemente debido a que sus familiares,
amigos, trabajadores o directores murieron a causa del virus. Son muchas
historias que contar...)
He sentido varios cambios dentro de estos siete meses atrapado en casa.
Quisiera compartirlos con ustedes, antes de continuar. Ya que, si bien no me he
sentido muy inspirado para actuar online, al menos tengo una historia que
contar, y espero dejar esto como registro en la historia de la humanidad...o
algo así...
Pude crecer en mi físico. Pude mantener afilada mi mente gracias a las clases
virtuales. Mi alma encuentra tranquilidad dentro de los videojuegos, el
servicio a otros y el escribir (a pesar de que no haya escrito mucho para el
blog estos meses, estoy más activo en Instagram), incluso después de dejar de
ir a misa presencialmente. Aunque mi corazón...chuuuzo, sí que siente una
montaña rusa día tras día 😅😣 así que lo dejaré para el final.
Físico
- ¡Terminé ejercicios de Biceps! Ahora tengo más músculos, muchachas 😎
- Todavía sigo ejercitándome, sin salir de casa
-
Debido a mi sinusitis, todavía no puedo salir de casa por cuestiones de
esparcimiento, aunque no me duele mucho esa limitación.
Fui capaz de hacer ejercicio y terminar unos 90 días de ejercicios de brazos,
a punta de pechadas y entrenamiento de triceps.
Gracias a Dios mi apartamento cuenta también con una máquina elíptica, porque
no tiene mucho espacio como para dar vueltas alrededor de la casa (y si corro
mucho alrededor de la casa es bien probable que uno de mis padres se vuelvan
locos 😂)...y también tengo mi bicicleta a la que desempolvo dando una vuelta
por el estacionamiento de vez en cuando.
No me atrevo a salir al área social todavía. En el sitio donde yo vivo
descubrí que alguien de otro piso adquirió la enfermedad, así que voy a seguir
ayunando del uso de ese gimnasio por ahí.
Mental
-
¡Saqué buenas notas en mi primer semestre forzado virtualmente!...a pesar de
no esforzarme mucho 😂😂
-
Aprendí a grabar vídeos en la computadora usando tanto Zoom como el programa
OBS.
-
Aprendí a aprovechar el potencial de Instagram usando Canva, Filmora, GIMP y
otros programas de arte.
-
Aprendí a usar Zoom y Teams, y a hacer videoconferencias de servicio social
con el primero.
-
Mejoré mi cocina de arroz frito, y aprendí a cocinar empanadas de harina y
salchicha.
- Reforcé mi inglés con ayuda de Reddit y Twitter.
Ha sido un periodo muy interesante y desafiante para buscar actividades en qué
entretenerse y mejorar mis habilidades mientras sigo en casa.
El lado más difícil de estar en casa es que cuesta conseguir libros físicos, y
extraño el olor a libro nuevo...así como salir a practicar otras habilidades
mentales como el ajedrez, la presentación de exposiciones persona-a-grupo o
asistir a conferencias presenciales sobre liderazgo y trabajo en equipo.
El lado positivo es que ahora muchas actividades son del tipo online: puedes
aprender sobre psicología, sobre religión, sobre servicio social o sobre
medioambiente gracias a las conferencias virtuales que se dan en YouTube o en
Instagram Live. Aunque no es lo mismo, y no siempre tienen el mismo
impacto...pero sigue siendo un buen intento para mantenernos conectados y
afilados en cuarentena 😃
Mis clases virtuales han sido muy diversas dependiendo de mi profe. Algunos
aprovecharon todo el poder de la plataforma y nos permiten ver vídeos,
películas, y hasta capítulos de series para completar algunas asignaciones o
parciales, lo cual ha sido divertido. Otros hablan demasiado y no permiten que
un estudiante sea el protagonista de las reuniones 🤣😂 o los humillan sin
querer en frente del resto del salón...y aunque al principio yo estaba algo
asustado, me siento feliz de haber sido un baluarte en enseñar mi cara cuando casi nadie en el salón se atreve a usarla al conversar 🤣 y de enseñar a los demás
cómo se usan estas nuevas plataformas.
Me siento un poco mal por aquellos que no tengan computadoras, celulares o
tablets fuertes para atender cada videollamada...
Espiritual
-
No hay mucho que decir aquí, si bien no he podido ir a misas presenciales,
pude apoyar en algunas oraciones con mi equipo de pastoral, así como
acompañar a mi mamá en algunas virtuales dentro de la pandemia.
-
Los videojuegos son una buena vía de escape al mundo peligroso actual...de
distracción, y de relajación por supuesto.
-
Pude realizar un montón de voluntariado entre abril y junio. A partir de
julio mi rendimiento ha bajado mucho debido a mi inestabilidad emocional
- Escribir más para mí, aunque me ha costado un poco
-
Mi mamá pudo hacer una costumbre escuchar la reflexión y oración diaria de
Álvaro Alvarado y su team de religiosos que lo apoyan en sus lives. Yo la
acompaño de vez en cuando...ya que prefiero la oración cuando se hace en un
cuarto apartado de una reflexión 😂 y presencial también...
Mi espíritu se ha mantenido en una especie de calma ante la ansiedad reinante
en el mundo actualmente. Por una parte, soy capaz de mantenerme animado
gracias al ejercicio, los videojuegos y los ratos de meditación que tengo para
mí solito en casa (que a menudo son muy pocos, cuando todos están despiertos
en casa, a menudo necesitan de mi ayuda 😂). Por otra parte, me ha costado
mantenerme motivado debido a que ya no soy capaz de respirar la naturaleza con
tanta seguridad como antes (fricking sinusitis 🤧), a que es difícil ejemplos
de buen servicio debido a que en mi casa mis papás sólo se enfocan en apoyar a
mi familia y no mucho al mundo exterior (aunque es comprensible, pero me
gustaría que hicieran más por ayudar a detener la crisis reinante en el mundo
como yo hago con el voluntariado...)
Oh. Hablando de voluntariado. Durante mi primer semestre pude dirigir un
escuadrón de actividades de medio ambiente y hacer algunas actividades que
generen horas de labor social sin salir de casa 😃 🌳🌳 aunque, cuando me
encargaron hacer esa tarea, al principio me puse muy triste porque
yo SABÍA de antemano que yo no sería capaz de trabajar a la
misma velocidad que ellos (debido a que mi mamá no me deja salir de casa por
mi salud, así que nada de plantar árboles o entregar reciclaje por mi parte
por ahora 😭😢). Y decidí abandonar el puesto a finales de agosto debido a que
bueno...sentí que pedían mucho de mí, y mi ansiedad emocional estorbaba en
mi camino a buscar esas horas de labor social, a lo cual accedieron...sólo
espero que no se sientan muy mal por mi retirada...lo importante es que sigo
vivo y todavía planeo volver a un puesto similar cuando termine la crisis 😃
Es que ahora...mi prioridad está en sobrevivir 🤣 y en vivir la cuarentena
de forma cómoda mientras se calma el ambiente exterior...y eso incluye
buscar formas de ganar dinero desde casa...el voluntariado es bueno, pero no
te da de comer...
Aún tengo la esperanza de que la humanidad saldrá de esta. Sé que pudimos
manejar crisis similares como la del SARS y del MERS, así como otra de grandes
proporciones como la peste negra. Sé que la providencia divina de Dios nos
cuida y nos inspirará para emerger victoriosos. Llegará el día en que las
familias apartadas se reunirán, los amigos internacionales se abrazarán y los
lazos entre nosotros se harán aún más fuertes.
Emocional
-
Mi corazón se llena de miedo, y también de valentía, pero de forma
inestable...se llena de ansiedad, pero no me quita la sonrisa 😁 aunque he
tenido mis momentos tristes.
-
Me alejé del WhatsApp un bueeeeeeen tiempo. Y todavía lo hago
esporádicamente, me da miedo chatear sólo para recibir malas noticias,
enfrentar conflictos, o ser incapaz de ponerme al día o actuar a la misma
velocidad online que otros de mis compatriotas.
(o no sonar interesante para mis amigos/crushes)...
-
¿La razón principal? Debido a que mi ex-mejor amiga me abandonó y ghosteó
por redes sociales...y pues...eso generó un miedo a ser abandonado o
rechazado por los demás online, y enfrentar a los que no son amables
incluso en esta pandemia. O a no dar lo suficiente en mis actividades.
-
Por esa razón, decidí abandonar un grupo de voluntariado que actuaba
LITERALMENTE cada semana cuando la gente en mi casa necesitaba la laptop en
este nuevo semestre (desde agosto) para hacer sus clases.
Ya actúan menos cada mes, así que de todas formas logré que hicieran lo que yo
quería 😂😂 sin ofender
Hablando de lazos interpersonales...uf...supongo que este es el sector en el
que admito haber enfrentado un VERDADERO desafío, ya que ya no cuento mucho con la
cercanía presencial que podía otorgarle a mis compatriotas...
Sentí que la cuarentena me comió la lengua por un buen tiempo, debido a que en
mi casa yo soy el más conversador de la casa (si acaso mi mamá es la única
capaz de tener conversaciones largas conmigo, y a veces ni tanto porque anda
chateando o ocupada en las tareas del hogar), y siento que mis padres a menudo
son de criticar o regañar mucho, en vez de verle el lado chistoso o positivo
de las cosas. Fuera de casa, siento que la gente con la que interactuaba es
más capaz de hablar conmigo...o de incluso consolarme y animarme cuando yo
estoy triste o aletargado...
Es...difícil. Pero no imposible. Por unas veces es tan fácil como hacerse el
desayuno, atender a tus pericos y luego hacer tus tareas, pero otras veces mi
corazón se llena de agobio por querer salir urgentemente a detener el alcance
de la crisis en el mundo. Aunque quedándome en casa ya puedo hacer mucho...
Y ayudar a los compatriotas ya sea dentro de labores sociales, dirigiendo en las clases virtuales o en apps estilo como FreeRice y Free The Ocean me hacen sentir un poco mejor. También, cada vez que voy al super mercado, me aseguro de donar un dólar a los bancos de alimentos para poner mi granito de arena a la hora de acabar con el conflicto del hambre en Panamá. Se los recomiendo 😊 siempre hay formas de ser generoso con otros incluso si no puedes salir de casa, incluso ofrecerte a fregar los platos o barrer más a menudo un cuarto puede darte millas extra de felicidad.
Bueno, por ahora ese es mi estado actual a 7 meses de pandemia. Puedo anotar que esta pandemia nos ha puesto a prueba a todos, a la capacidad de manejar la soledad, así como a la capacidad que tenemos de poder prosperar ya sea en el aspecto económico (con los emprendimientos y negocios que van surgiendo), amoroso (aunque yo todavía no me la creo, mucha gente logra casarse y seguir pasando tiempo con sus parejas en medio de cuarentena 🤯 cuando en mi opinión, tal vez me equivoque...estos no son tiempos de enamorarse, sino de actuar en conjunto para detener la crisis) y de crecimiento personal.
Aún así, siento que muchos van a volver a sus antiguas costumbres una vez termine la cuarentena. Pero los que volveremos cambiados y más fuertes, seremos aquellos que valoramos el poder del acercamiento humano y espontáneo que sólo se puede hacer estando presencialmente, en compañía de nuestros seres queridos, nuestra fauna, y nuestro planeta.
Muchas gracias por leer hasta aquí, y espero que tengan grandes días en sus casas, compatriotas 😊💙💙 aunque sea pasito a pasito.
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